Bagdad en Llamas - Baghdad Burning: <strong> El 11 de Septiembre del 2005...</strong>

Bagdad en Llamas - Baghdad Burning

Te encontraré a la vuelta del recodo mi amig@, donde los corazones pueden sanar y las almas reponerse

Sunday, September 11, 2005

El 11 de Septiembre del 2005...

“¡River, ven aquí! ¡Tienes que ver esto!” era el 11 de septiembre de 2001 y yo estaba en la cocina enjuagando algunos platos del almuerzo. Hice una pausa ante la urgencia en la voz de mis hermanos pero continué con el enjuague, pensando que habría algo vagamente importante en las noticias del canal estatal irakí.

“Ya voy, un momento.” respondí. El teléfono empezó a rinrinear y me detuve para contestarlo en mi camino saliendo de la cocina.

R: “Alloo?” contesté.
L: ¿“Estás viendo la TV???” L., mi mejor amiga, gritando sin preámbulos.
R: “Uh… no, pero…”
L: “¡VE A MIRAR LA TELEVISIÓN!”

La llamada se cortó y solté el teléfono, mi corazón latiendo ferozmente. Hice mi trayecto a la sala, curiosa y nerviosa, preguntándome lo que podría ser. ¿Alguien se había muerto? ¿Iban a bombardearnos de nuevo? Ésa siempre era una posibilidad. Nunca sorprendía a nadie cuando EE.UU. decidía un ataque aéreo. Yo me pregunté si, esta vez, Bush había sido atrapado con un ayudante presidencial en la Oficina Oval.

Entré en la sala y E. estaba de pie en el medio de ella, los ojos pegados a la televisión, la boca ligeramente abierta, el telemando asido en su mano, y dirigido hacia el aparato de televisión.

“¿Qué es eso?” pregunté, mientras miraba la pantalla. Las imágenes eran caóticas. Era una ciudad grande, había humo o polvo y personas que corren por la pantalla, alguien chillando, otros que lloran y el resto con las miradas pasmadas en sus caras. Se parecían ligeramente a E., mi hermano, que estaba de pie, mientras miraba fijamente la televisión, abriendo la boca. Había alguien hablando en el fondo - en inglés - y había una voz superpuesta en árabe. No puedo recordar lo que estaba diciendo; las imágenes en la pantalla del TV son todo que yo recuerdo. La confusión. El caos.

Y entonces lo mostraron de nuevo. Las Torres Gemelas, Nueva York… algo pequeño vino, volando desde el lado de la pantalla y chocó en uno de ellos. Jadeé sonoramente y E. apenas agitó su cabeza, “Eso no es nada… espera…” Llegué al sofá con los ojos clavados en la televisión. Había un poco más de caos, expresiones asustadas, otro avión y las torres, que comenzaron a desmenuzarse. Empezaron a caerse. Desaparecieron en una niebla enorme de humo y polvo.

Contuve mi respiración y no podía exhalar en ese momento. Simplemente allí sentada, paralizada, mirando la pantalla. Una parte de mí estaba diciendo, “Es un chiste. Es Hollywoodense.” Pero era demasiado real. El miedo era demasiado genuino. Las voces incoherentes en el fondo también estaban demasiado teñidas de confusión y terror.

El silencio en la sala fue roto por el golpeteo del telemando en el suelo. Se había resbalado fuera de los dedos de E. y salté nerviosamente, mientras miraba las pilas lejos del mando, en el suelo.

“¿Pero… quién? ¿Cómo? ¿Qué era? ¿Un avión? Cómo???”

E. agitó su cabeza y me miraba con temor. Continuamos mirando la televisión, buscando respuestas a docenas de preguntas. En una hora ya sabíamos que no era algún horrible error o cálculo erróneo. Era intencional. Era una gran acción de terror.

Al-Qaeda era entonces sólo un nombre vago. Los iraquíes se preocupaban por sus propios problemas y miedos. Nosotros estábamos enfrentándonos a las sanciones y al hecho que la vida parecía consistir en aguantar cada pocos años una incursión aérea americana. No teníamos el problema de los fundamentalistas musulmanes, ésa era una preocupación para vecinos como Arabia Saudita e Irán.

Recuerdo que, casi inmediatamente, los medios de comunicación Occidentales empezaron conjeturando que grupo islámico podría ser. Me recuerdo esperando que no fuesen musulmanes o árabes. Recuerdo que sentía esto no sólo debido a los miles de víctimas, sino porque me di cuenta de que sufriríamos en Irak. Íbamos a sufrir por algo de lo que nosotros no éramos responsables.

E. me miraba con los ojos desorbitados ese día e hizo la pregunta inevitable, “¿cuánto tiempo crees que pasará antes de que nos bombardeen?

“Pero no éramos nosotr@s. No puede ser que nosotr@s…” racionalicé.

“No importa. Es todo lo que necesitan.”

Y era verdad. Empezó con Afganistán y después fue Irak. Nos empezamos a preparar casi inmediatamente para ello. El precio del dólar subió a medida que la gente empezó a almacenar harina, arroz, azúcar y otros artículos.

Durante varias semanas era el único tema sobre el que se podía hablar. Lo discutimos en las escuelas y universidades. Hablamos sobre ello en los lugares de trabajo y restaurantes. Las actitudes difirieron. Nunca había alegría o felicidad, pero en muchos casos había una especie de satisfacción lúgubre. Algun@s iraquíes creyeron que América había traído esto a sí misma. Esto es lo que usted consigue cuando se entromete en los asuntos internacionales. Esto es lo que usted consigue cuando hambrea las poblaciones. Esto es lo que usted consigue cuando da el apoyo imperturbable a países ocupantes como Israel, y a tiranos corruptos como los monarcas sauditas.
La mayoría de l@s iraquíes, sin embargo, sintió piedad. Las imágenes durante las siguientes semanas de americanos que corren aterrorizados, de búsquedas frenéticas de parientes y amigos bajo los escombros nos dejó sacudiendo nuestras cabezas con empatía. La destrucción era demasiado familiar. Los informes de americanos que temían el sonido de los aviones nos hacían afirmar con la cabeza con entendimiento y una clase de familiaridad, querrías extender la mano a uno de ellos y decirle, “Es ok., el miedo disminuye con el tiempo. Nosotros sabemos cómo es, su gobierno hace esto cada pocos años.”

Han sido cuatro años hoy. ¿Cómo se siente cuatro años después?

Por las 3,000 víctimas en América, más de 100,000 han muerto en Irak. Decenas de miles están siendo detenidos para interrogatorios y tortura. Nuestras casas han sido allanadas, nuestras ciudades constantemente están siendo bombardeadas, e Irak ha retrocedido décadas, y por varios años en el futuro sufriremos bajo la influencia del extremismo que no conocíamos antes de la guerra.

Mientras escribo esto, Tel Afar, un lugar pequeño norte de Mosul, está siendo bombardeada. Docenas de personas van a ser enterradas bajo sus casas en la muerte de la noche. Su agua y electricidad han estado cortadas durante días. No parece importar mucho porque ellos no viven en un rascacielos maravilloso en una ciudad fascinante. Ellos son, pura y simplemente, granjeros y pastores que no valen un segundo pensamiento.

Cuatro años después y la Guerra contra el Terror (¿o es la Guerra de Terror?) se ha ganado:

La cuenta:
Al-Qaeda–3,000
América–100,000+

Felicitaciones.

posted by river @ 11:29 PM
 
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