Bagdad en Llamas - Baghdad Burning: <STRONG>Una Visita Real...</strong>

Bagdad en Llamas - Baghdad Burning

Te encontraré a la vuelta del recodo mi amig@, donde los corazones pueden sanar y las almas reponerse

Saturday, April 22, 2006

Una Visita Real...

Oficialmente es primavera en Bagdad. Solemos decir en broma que en Irak no existe la primavera. Pasamos inmediatamente de un tiempo frío y ventoso a un par de meses de humedad y tormentas de arena, y de ahí a un calor seco, llameante, abrasador, llamémosle verano. Este es el mes, con todo, en el que enrollamos las alfombras y los tapices y sacamos la ropa de verano.

Desempaquetar la ropa veraniega y retirar la ropa para el frío es un proceso que en nuestra casa nos lleva casi una semana. Cuando finaliza la transición de vestuario de invierno a vestuario de verano, la casa termina oliendo a naftalina y a jabón de mano sin usar, que se utiliza algunas veces al almacenar las prendas o la ropa blanca para preservarlas de los insectos.

Aparte de la acostumbrada “limpieza de primavera”, etc. las últimas semanas han sido inestables, incluso para los estándares Irakíes. El área de A’adhamiya en Baghdad ha vivido algunos enfrentamientos fuertes, especialmente durante la última semana. Casi siempre hay algo de acción en A’adhmiya, pero hace una semana alcanzó el punto de que hubo enfrentamiento abierto en las calles entre las milicias del Ministerio de Interior y las guerrillas. Como consecuencia tenemos con nosotros a una pariente anciana. Su hijo, primo segundo de mi madre, la dejó en nuestra casa con estas palabras “Su corazón no puede soportar toda esta agitación. Varias balas destrozaron las ventanas de la segunda planta y pensamos que iba a tener un ataque al corazón”.

Por lo visto, antes de este último estallido de violencia en A’adhmiya, hubo un “pacto secreto” entre las guerrillas y la policía irakí de que no se lanzarían ataques contra las fuerzas de seguridad Irakíes en la zona mientras los comandos especiales irakíes (las milicias del Ministerio de Interior) no atacasen casas del lugar como habían estado haciendo durante el año pasado.

Así que hemos pasado los días con Bibi Z. (“Bibi” es una palabra irakí que significa “abuelita”). No sabemos exactamente cuántos años tiene, pero calculamos que ochenta y bastantes. Tiene un aspecto que parece frágil –una piel suave, casi transparente, una cara pequeña enmarcada por mechones de pelo blanco. Sus oscuros ojos todavía son muy vivos y tienen una mirada de fascinación permanente porque sus cejas son tan blancas que apenas se destacan de su piel.

Tener la distinción de ser el miembro de mayor edad de una familia irakí tiene sus privilegios. Bibi Z. se ha instalado como reina temporalmente reinante de la casa – moviéndose de habitación en habitación con la gracia y la autoridad de la realeza. En los primeros diez minutos de su llegada a nuestra casa, ocupó mi habitación y en seguida yo fui relegada al incómodo sofá en la sala de estar. Se pasa las horas supervisándolo todo, desde los deberes hasta las tareas domésticas, e inevitablemente aconsejando sobre la mejor forma de almacenar la ropa de invierno, enrollar las alfombras, y estudiar álgebra. Aunque ya no cocina, a veces se digna a probar nuestra comida y siempre encuentra que le falta una cucharada de esto o una pizca de aquello.

Siempre es fascinante sentarse con alguien de la generación irakí de más edad. Inspiran sentimientos encontrados – han visto tanta tragedia y triunfo al vivir en un país como Irak, que le deja a un@ simultáneamente excitada ante las posibilidades y frustrada con lo que parece ser una vida de inestabilidad.

Los primeros recuerdos de Bibi Z. son de la monarquía y recuerda claramente todos los gobiernos y líderes subsiguientes; incluso sabe cotilleos sobre algunos de los que ahora regresan. “Ese tipo joven que quiere ser rey”, dice de Al Sharif Ali, “creo que es el resultado de un romance entre una de las princesas y un sirviente egipcio de palacio”. Hace la confidencia mientras le vemos a él en un breve reportaje de uno de los canales irakíes.

Alrededor de las 10 de esta mañana se ha cortado el suministro eléctrico y era demasiado pronto para el generador. He comentado que no sería posible saber qué había pasado durante la noche a no ser que escuchásemos la radio. Bibi Z. nos ha contado sobre la primera televisión que vio, en 1957. Una de sus vecinas más ricas había adquirido una televisión y en cuanto su marido se iba al trabajo, las señoras del barrio se reunían en su casa para ver una hora de tele. “Nos poníamos nuestras abbayas cuando hablaba el presentador”, se reía. “Le costó dos semanas a Umm Adil convencernos de que el presentador no nos podía ver cuando nosotras le veíamos”.
“y ¿eran tan malos los políticos?" le pregunté más tarde cuando estábamos viendo a Jaffari hacer unas declaraciones.

”La historia se repite a sí misma... Los políticos son unos oportunistas... Pero ellos no me preocupan, eran malos pero los irakíes eran mejores”. Continuó explicándome que a través de todo el drama y cambio que se combina para formar el colorido mosaico de la escena política irakí durante el siglo pasado, una cosa permaneció constante, la lealtad y solicitud irakí de uno hacia otro.

Me habló sobre las revueltas estudiantiles durante los años de la monarquía. “Cuando Irak firmó el Tratado de Portsmouth, los estudiantes se sublevaron y organizaron manifestaciones contra el rey –fueron perseguidos por todo Bagdad. Mi padre era oficial de policía y sin embargo, cuando perseguían a los estudiantes dentro de nuestro barrio, les metimos desapercibidamente en casa y les ayudamos a escapar saltando de tejado en tejado. Los irakíes eran irakíes y teníamos nuestras diferencias, pero cuidábamos unos de otros... Y las mujeres y los niños eran sagrados – nadie se atrevía a tocar a las mujeres y a los niños de la casa:”

El único pecado imperdonable antaño era tener lealtad al ocupante extranjero. “Hoy, los únicos que pueden garantizarse su supervivencia son aquellos leales a un ocupante – y ni siquiera ellos están seguros.” Suspiró pesadamente al decir esto, con el rosario golpeteando suavemente en sus delgadas manos.

“Por primera vez en muchos años, temo a la muerte”. Dijo anoche a nadie en particular, mientras estábamos sentados después de cenar, sorbiendo té. Todos objetamos, deseándole una larga vida, diciéndole que tiene muchos años por delante. Buenos deseos. Nos negó con la cabeza como si no le entendiésemos – como si posiblemente no pudiéramos entenderla. “Todo el mundo muere finalmente y yo he tenido una vida más larga que la mayoría de los Irakíes –hoy mueren niños y gente joven. Sólo temo a la muerte porque nací bajo una ocupación extranjera... nunca soñé que moriría bajo otra.”

- posted by river @ 11:54 PM
 
HispaLab
HispaLab