Viva Muqtada
Es fascinante ver el mundo más allá de Irak preparándose para el Mundial. Recibo por e-mail fotografías de personas agitando banderas y pancartas, apoyando uno u otro equipo. ¡Oh! Aquí también tenemos banderas y pancartas- agujereadas pancartas negras por toda Bagdad anunciando muertes y velatorios. Las banderas son todas de un mismo color –usualmente negro, verde, rojo o amarillo-, representando a determinado partido religioso o grupo político.
Un amigo dueño de una tienda en Karrada tuvo un pequeño problema con cierta bandera la pasada semana. Karrada era una de las mejores zonas comerciales de Bagdad antes de la guerra. Era la zona a la que ibas cuando tenías una lista de compras no relacionadas, como zapatos, un pela-patatas, esmalte de uñas rosa y una docena de CD vírgenes. Podías estar segura de encontrar todo lo que necesitases en menos de una hora
Inmediatamente después de la guerra, SCIRI, Da’awa y otros partidos abrieron oficinas en la zona. Tiendas que antes exponían prendas de colores y carteles de mujeres con maquillaje, adoptaron una imagen más apagada. Pronto, en lugar de fotografías de mujeres encantadoras anunciando perfumes de Dior, los comercios colocaron fotografías de Sistani, con aspecto de medio vivo, amortajado en negro. O fotografías de Sadr, adusto y oscuro, y casi seguro no oliendo a Dior.
Este amigo posee una pequeña tienda de cosméticos dónde vende de todo, desde barras de pintura para labios hasta pañuelos para la cabeza. Su apartamento está situado justo encima del local, de manera que, cuando mira hacia abajo desde la ventana de su salón, puede ver si alguien está en la puerta. G. heredó la tienda de su padre, que vendía material para costura en lugar de cosméticos. La tienda ha estado en la familia por veinte años. Antes de la guerra, su mujer y su hermana la dirigían, consiguiendo las más persuasivas ventas a dúo conocidas en la historia de la cosmética (la prueba de esto es un pañuelo de cuello chillonamente coloreado que compré hace cuatro años y que nunca ha salido del armario). Después de la guerra, y varias amenazas en forma de cartas y ventanas rotas, G. empezó a dirigir el negocio personalmente, y, además de los cosméticos, introdujo una apropiada línea oscura de abbayas sueltas y pañuelos para la cabeza.
La última vez que visité a G. en su tienda fue hace dos semanas. Desde enero la tienda de G. ha sido el centro de algunas actividades futbolísticas. Su obsesión con el fútbol ha llegado hasta el punto de que cierra la tienda dos horas antes, y así E., el primo y otros amigos se pueden reunir para encuentros FIFA PlayStation. Estos torneos son, básicamente, un grupo de hombres adultos sentados, manejando hombrecillos digitales corriendo detrás de una pelota digital, gritando apasionadamente e insultándose unos a otros. Si entras a la tienda intentando comprar algo en esas horas, te arriesgas a ser echada afuera o que simplemente te digan “Tómalo, sólo tómalo (lo que sea). ¡Tómalo y VETE! Cada año de Copa Mundial, G. y su esposa bromean, sólo a medias, con cambiar el nombre de su único hijo por el del futbolista del año. (Como una especie de compromiso, familia y amigos han acordado llamar a su hijo de 14 años “Ronaldinho” hasta que acabe el Mundial)
El primo de G., que ha vivido en Canadá cerca de 15 años, recientemente envió a G una colorida bandera brasileña, grande, perfecta para colgar en un escaparate. Nos contó cómo estaba planeando colgarla justo en el centro y pintar debajo en grandes letras en negrita “¡¡VIVA BRASILIA!!”. E. parecía dudar mientras G., excitadamente, describía como iba a cambiar los colores de la exposición, verde y amarillo para combinar con la bandera.
Pasaron casi dos días completos antes de que empezasen los problemas La primera señal de un problema llegó a través de un vecino de G. Pasó por la tienda y le dijo a G. que un clérigo joven enturbantado en negro, al pasar frente al escaparate había fijado su atención en la bandera. Según el vecino Abu Rossul, el joven clerigo paró, se quedó mirando la bandera, tomo nota del nombre de la tienda y su dirección y siguió su camino. G.encogiéndose de hombros le quitó importancia “Bueno, podía ser también seguidor de Brasil… “. Abu Rossul no estaba tan seguro, “A mi me parecía más del tipo ¡Viva Sadr!...
Un día más tarde G. tuvo una visita al mediodía. Un joven clérigo vestido en negro entró en la tienda y dio un breve vistazo a su interior. G. intentó interesarle en algunos preciosos pañuelos de cabeza y abbayas, pero no se dejó apartar de su aparente misión. Reivindicó ser representante de la oficina de prensa de Sadr que estaba a pocas calles de distancia y tenía un mensaje para G.: el personal de la mencionada oficina no estaba contento con el escaparate de G. ¿Dónde estaba su conciencia del orgullo nacional? ¿Dónde estaba su sentido de la religión?. En lugar de la cara de un jugador pagano podía colocar fotografías del importante Sadr, o, todavía mejor, ¡Muqtada! ¿Por qué tenía una bandera extranjera obscenamente pegada en su escaparate? Si sentía la necesidad de poner una bandera, ya estaba la bandera irakí para ser colocada. Si sentía la necesidad de una bandera verde, como la del escaparate, ya estaba la bandera verde de “Al il Bayt”… Democracia es, después de todo, una cuestión de tener opciones.
G. no estaba contento en absoluto. Le dijo al joven cura que encontraría una “solución” e hizo la paz donando algunas zapatillas de hombre baratas y unas camisetas de algodón que vendía a veces. Esa noche conferenció con varios familiares y amigos y, aunque casi todos le aconsejaron que la quitase, insistió en que debía permanecer en el escaparate por una cuestión de principios. Su mujer incluso se ofreció a convertirla en una cortina o en unas sábanas para que disfrutase de ellas hasta que acabe el mundial. El estuvo inflexible en lo de mantenerla.
Dos días más tarde, encontró que habían deslizado bajo la gran puerta exterior de aluminio una carta de advertencia más dramática. En dos palabras, declaraba a G. y la gente como él pagan@s y le exigían quitar la bandera o se colocaría en situación peligrosa. Cuesta un poco impresionar a un hombre como G., pero ese mismo día había quitado la bandera y el escaparate había vuelto a la normalidad.
Mientras esto sucedía, Muqtada decretaba una fatwa contra el fútbol. La he descargado, y esta es la traducción de lo que dice cuando alguien le pide una fatwa (interpretación desde el punto de vista de la ley islámica, n. del t.) sobre el fútbol y la Copa Mundial.
”En realidad la posición de mi padre sobre este tópico no está sin definir. No sólo mi padre sino también la Sharia prohibe tales actividades que mantienen a sus seguidores demasiado ocupados para rezar, mantienen a la gente en el olvido (de la oración). Habeebi, el Oeste crea cosas que nos impiden completarnos a nosotros mismos (perfección). ¿Qué quieren que hagamos? Correr detrás de una pelota, habeebi… ¿¿Qué es esto? ¿Un hombre alto y grande, musulmán, corriendo detrás de una pelota?. Habeebi, esta “meta”, como se le llama… si quieres correr, corre hacia una meta noble. Sigue los nobles objetivos que te completarán y no los que te rebajan. Corre detrás de una meta, tenla en mente y que todo el mundo siga su propio camino hacia la meta de contentar a Dios. Esto es una cosa. La segunda cosa es más importante, encontramos que en el Oeste, y, especialmente Israel, habeebi, los judíos, ¿les habéis visto jugar al fútbol? ¿les veis jugar como juegan los árabes? Nos mantienen ocupados con fútbol y otras cosas mientras ellos lo han dejado. ¿Habéis oído que el equipo israelita, malditos sean, tenga la Copa del Mundo? ¿O los Estados Unidos? Sólo otros juegos… Nos mantienen ocupados con ellos, cantando, jugando fútbol, y fumando, basura de esta clase, satélites usados para cosas blasfemas mientras ellos se ocupan a sí mismos con ciencia, etc. ¿Por qué habeebi? Ellos son mejores que nosotros, no nosotros mejores que ellos.
Nota importante: La Sharia no prohíbe el fútbol ni los deportes, están prohibidos sólo en la pequeña cabeza oscura de Moqtada. Me pregunto qué pensará del tenis, la natación o el yoga….
He oído la fatwa con él poniéndose sentimental sobre jugar al fútbol y no sabía si llorar o reir. La ocupación extranjera y formar parte de un gobierno títere, estas cosas están OK. El fútbol sin embargo, será el fin de la civilización tal como la conocemos, de acuerdo con Moqtada. Es divertido. No se parecen en nada pero me recuerda mucho a Bush. Apenas puede enlazar dos frases con corrección y aún así millones de personas consideran que su palabra es la ley. Así cuando Bush desvaría sobre el “principiante gobierno irakí”, “libremente elegido” para el poder, podéis mirar a Muqtada y veréis uno de los principiantes. Actualmente él es uno de los más poderosos hombres del país para sus seguidores
Así que esto es democracia. Esta es una de las grandes mentes del democrático Irak de Bush
La milicia de Sadr controla ahora partes de Irak. Hace sólo un par de días, su milicia con la ayuda del Badr, estuvieron impidiendo a las mujeres ir al mercado en la sureña ciudad de Karbala. No se permitió a las mujeres ir al mercado y los dueños de las tiendas se quejaban de que sus negocios lo estaban sufriendo. Bienvenid@s al nuevo Irak.
Es de humor negro ver en lo que nos hemos convertido y también es angustioso. Muqtada Al-Sadr es una medida de cuanto hemos retrocedido en esos últimos tres años. Incluso durante la guerra Irán-Irak y las sanciones, la gente se entregaba a los deportes para apartar sus pensamientos del vivir cotidiano. Después de la ocupación, ganábamos un partido de fútbol contra uno u otro y nos consolábamos a nosotr@s mism@s con “Bueno, perdemos guerras, ¡¡pero ganamos al fútbol!! De un país que una vez celebraba los deportes, fútbol especialmente, a un país donde lo que preocupa es si los futbolistas llevan el pantalón suficientemente largo o si los seguidores del deporte se enfrentarán a una condena eterna… En esto nos hemos convertido.
- posted by river @ 12:05 AM
Un amigo dueño de una tienda en Karrada tuvo un pequeño problema con cierta bandera la pasada semana. Karrada era una de las mejores zonas comerciales de Bagdad antes de la guerra. Era la zona a la que ibas cuando tenías una lista de compras no relacionadas, como zapatos, un pela-patatas, esmalte de uñas rosa y una docena de CD vírgenes. Podías estar segura de encontrar todo lo que necesitases en menos de una hora
Inmediatamente después de la guerra, SCIRI, Da’awa y otros partidos abrieron oficinas en la zona. Tiendas que antes exponían prendas de colores y carteles de mujeres con maquillaje, adoptaron una imagen más apagada. Pronto, en lugar de fotografías de mujeres encantadoras anunciando perfumes de Dior, los comercios colocaron fotografías de Sistani, con aspecto de medio vivo, amortajado en negro. O fotografías de Sadr, adusto y oscuro, y casi seguro no oliendo a Dior.
Este amigo posee una pequeña tienda de cosméticos dónde vende de todo, desde barras de pintura para labios hasta pañuelos para la cabeza. Su apartamento está situado justo encima del local, de manera que, cuando mira hacia abajo desde la ventana de su salón, puede ver si alguien está en la puerta. G. heredó la tienda de su padre, que vendía material para costura en lugar de cosméticos. La tienda ha estado en la familia por veinte años. Antes de la guerra, su mujer y su hermana la dirigían, consiguiendo las más persuasivas ventas a dúo conocidas en la historia de la cosmética (la prueba de esto es un pañuelo de cuello chillonamente coloreado que compré hace cuatro años y que nunca ha salido del armario). Después de la guerra, y varias amenazas en forma de cartas y ventanas rotas, G. empezó a dirigir el negocio personalmente, y, además de los cosméticos, introdujo una apropiada línea oscura de abbayas sueltas y pañuelos para la cabeza.
La última vez que visité a G. en su tienda fue hace dos semanas. Desde enero la tienda de G. ha sido el centro de algunas actividades futbolísticas. Su obsesión con el fútbol ha llegado hasta el punto de que cierra la tienda dos horas antes, y así E., el primo y otros amigos se pueden reunir para encuentros FIFA PlayStation. Estos torneos son, básicamente, un grupo de hombres adultos sentados, manejando hombrecillos digitales corriendo detrás de una pelota digital, gritando apasionadamente e insultándose unos a otros. Si entras a la tienda intentando comprar algo en esas horas, te arriesgas a ser echada afuera o que simplemente te digan “Tómalo, sólo tómalo (lo que sea). ¡Tómalo y VETE! Cada año de Copa Mundial, G. y su esposa bromean, sólo a medias, con cambiar el nombre de su único hijo por el del futbolista del año. (Como una especie de compromiso, familia y amigos han acordado llamar a su hijo de 14 años “Ronaldinho” hasta que acabe el Mundial)
El primo de G., que ha vivido en Canadá cerca de 15 años, recientemente envió a G una colorida bandera brasileña, grande, perfecta para colgar en un escaparate. Nos contó cómo estaba planeando colgarla justo en el centro y pintar debajo en grandes letras en negrita “¡¡VIVA BRASILIA!!”. E. parecía dudar mientras G., excitadamente, describía como iba a cambiar los colores de la exposición, verde y amarillo para combinar con la bandera.
Pasaron casi dos días completos antes de que empezasen los problemas La primera señal de un problema llegó a través de un vecino de G. Pasó por la tienda y le dijo a G. que un clérigo joven enturbantado en negro, al pasar frente al escaparate había fijado su atención en la bandera. Según el vecino Abu Rossul, el joven clerigo paró, se quedó mirando la bandera, tomo nota del nombre de la tienda y su dirección y siguió su camino. G.encogiéndose de hombros le quitó importancia “Bueno, podía ser también seguidor de Brasil… “. Abu Rossul no estaba tan seguro, “A mi me parecía más del tipo ¡Viva Sadr!...
Un día más tarde G. tuvo una visita al mediodía. Un joven clérigo vestido en negro entró en la tienda y dio un breve vistazo a su interior. G. intentó interesarle en algunos preciosos pañuelos de cabeza y abbayas, pero no se dejó apartar de su aparente misión. Reivindicó ser representante de la oficina de prensa de Sadr que estaba a pocas calles de distancia y tenía un mensaje para G.: el personal de la mencionada oficina no estaba contento con el escaparate de G. ¿Dónde estaba su conciencia del orgullo nacional? ¿Dónde estaba su sentido de la religión?. En lugar de la cara de un jugador pagano podía colocar fotografías del importante Sadr, o, todavía mejor, ¡Muqtada! ¿Por qué tenía una bandera extranjera obscenamente pegada en su escaparate? Si sentía la necesidad de poner una bandera, ya estaba la bandera irakí para ser colocada. Si sentía la necesidad de una bandera verde, como la del escaparate, ya estaba la bandera verde de “Al il Bayt”… Democracia es, después de todo, una cuestión de tener opciones.
G. no estaba contento en absoluto. Le dijo al joven cura que encontraría una “solución” e hizo la paz donando algunas zapatillas de hombre baratas y unas camisetas de algodón que vendía a veces. Esa noche conferenció con varios familiares y amigos y, aunque casi todos le aconsejaron que la quitase, insistió en que debía permanecer en el escaparate por una cuestión de principios. Su mujer incluso se ofreció a convertirla en una cortina o en unas sábanas para que disfrutase de ellas hasta que acabe el mundial. El estuvo inflexible en lo de mantenerla.
Dos días más tarde, encontró que habían deslizado bajo la gran puerta exterior de aluminio una carta de advertencia más dramática. En dos palabras, declaraba a G. y la gente como él pagan@s y le exigían quitar la bandera o se colocaría en situación peligrosa. Cuesta un poco impresionar a un hombre como G., pero ese mismo día había quitado la bandera y el escaparate había vuelto a la normalidad.
Mientras esto sucedía, Muqtada decretaba una fatwa contra el fútbol. La he descargado, y esta es la traducción de lo que dice cuando alguien le pide una fatwa (interpretación desde el punto de vista de la ley islámica, n. del t.) sobre el fútbol y la Copa Mundial.
”En realidad la posición de mi padre sobre este tópico no está sin definir. No sólo mi padre sino también la Sharia prohibe tales actividades que mantienen a sus seguidores demasiado ocupados para rezar, mantienen a la gente en el olvido (de la oración). Habeebi, el Oeste crea cosas que nos impiden completarnos a nosotros mismos (perfección). ¿Qué quieren que hagamos? Correr detrás de una pelota, habeebi… ¿¿Qué es esto? ¿Un hombre alto y grande, musulmán, corriendo detrás de una pelota?. Habeebi, esta “meta”, como se le llama… si quieres correr, corre hacia una meta noble. Sigue los nobles objetivos que te completarán y no los que te rebajan. Corre detrás de una meta, tenla en mente y que todo el mundo siga su propio camino hacia la meta de contentar a Dios. Esto es una cosa. La segunda cosa es más importante, encontramos que en el Oeste, y, especialmente Israel, habeebi, los judíos, ¿les habéis visto jugar al fútbol? ¿les veis jugar como juegan los árabes? Nos mantienen ocupados con fútbol y otras cosas mientras ellos lo han dejado. ¿Habéis oído que el equipo israelita, malditos sean, tenga la Copa del Mundo? ¿O los Estados Unidos? Sólo otros juegos… Nos mantienen ocupados con ellos, cantando, jugando fútbol, y fumando, basura de esta clase, satélites usados para cosas blasfemas mientras ellos se ocupan a sí mismos con ciencia, etc. ¿Por qué habeebi? Ellos son mejores que nosotros, no nosotros mejores que ellos.
Nota importante: La Sharia no prohíbe el fútbol ni los deportes, están prohibidos sólo en la pequeña cabeza oscura de Moqtada. Me pregunto qué pensará del tenis, la natación o el yoga….
He oído la fatwa con él poniéndose sentimental sobre jugar al fútbol y no sabía si llorar o reir. La ocupación extranjera y formar parte de un gobierno títere, estas cosas están OK. El fútbol sin embargo, será el fin de la civilización tal como la conocemos, de acuerdo con Moqtada. Es divertido. No se parecen en nada pero me recuerda mucho a Bush. Apenas puede enlazar dos frases con corrección y aún así millones de personas consideran que su palabra es la ley. Así cuando Bush desvaría sobre el “principiante gobierno irakí”, “libremente elegido” para el poder, podéis mirar a Muqtada y veréis uno de los principiantes. Actualmente él es uno de los más poderosos hombres del país para sus seguidores
Así que esto es democracia. Esta es una de las grandes mentes del democrático Irak de Bush
La milicia de Sadr controla ahora partes de Irak. Hace sólo un par de días, su milicia con la ayuda del Badr, estuvieron impidiendo a las mujeres ir al mercado en la sureña ciudad de Karbala. No se permitió a las mujeres ir al mercado y los dueños de las tiendas se quejaban de que sus negocios lo estaban sufriendo. Bienvenid@s al nuevo Irak.
Es de humor negro ver en lo que nos hemos convertido y también es angustioso. Muqtada Al-Sadr es una medida de cuanto hemos retrocedido en esos últimos tres años. Incluso durante la guerra Irán-Irak y las sanciones, la gente se entregaba a los deportes para apartar sus pensamientos del vivir cotidiano. Después de la ocupación, ganábamos un partido de fútbol contra uno u otro y nos consolábamos a nosotr@s mism@s con “Bueno, perdemos guerras, ¡¡pero ganamos al fútbol!! De un país que una vez celebraba los deportes, fútbol especialmente, a un país donde lo que preocupa es si los futbolistas llevan el pantalón suficientemente largo o si los seguidores del deporte se enfrentarán a una condena eterna… En esto nos hemos convertido.
- posted by river @ 12:05 AM
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